A Dios, a la Vida, al Tiempo Divino.
Ya no hay lucha ni espera… sólo entrega.

Cuando las aguas del Río Nilo tocaron mi piel y mi alma recordó, una verdad profunda se reveló.

Las memorias antiguas despertaron como un susurro en el corazón del tiempo.
Y en ese instante… me vi, allí estaba en el Templo de Isis, en la Casa de mi Madre.

Me reconocí en esas aguas como la que ha sido mil veces.
Canal, templo, voz, fuego sagrado.

De esas aguas sagradas, sentí emerger de las profundidades Sirenas-Sacerdotisas.
Bendiciéndonos con cantos de otros mundos,
entregándonos nuevos códigos y enseñanzas.

Nos guiaron a conectar con Templo etérico de Isis,
donde fuimos iniciadas en el recuerdo profundo del camino de la verdadera Sexualidad Sagrada.
Esa que es portal, medicina, creación, canto y danza.