Soy Pau ;)

No trabajo para que gustes.
Trabajo para que recuerdes quién eres.

Mi camino como emprendedora no empezó con una estrategia,
empezó con un instinto:
elegir el cuerpo, la vida y la verdad antes que la forma.

Durante muchos años mi cuerpo fue mirado antes de que mi voz pudiera existir.
Me pidieron cambiar: ser distinta, adaptarme, corregirme.
Y entendí algo esencial:
cuando te piden modificar tu cuerpo para pertenecer,
no te están viendo,
te están usando.

Por eso me retiré.
No como huida, sino como soberanía.
Elegí dejar de ser mirada para volver a ser mía.

La fotografía llegó como medicina.
No para embellecer,
sino para mirar lo que había sido negado.

Los partos en casa.
El posparto real.
Los cuerpos de las madres después de dar vida.
La belleza que no encaja en el molde.

A través de otras mujeres sané mi propia mirada
y comprendí algo que hoy es la base de mi trabajo:
la imagen no transforma si no hay verdad detrás.

Durante años mi voz estuvo cerrada.
Sabía, sentía, veía…
pero no me atrevía a nombrarlo.

Me daba miedo salir del armario espiritual.
Me daba miedo perder pertenencia.
Hasta que el cansancio hizo imposible seguir callando.

Tuve que desmontar un negocio entero.
Empezar de nuevo.
Atravesar el vacío.

Y en ese proceso recuperé lo esencial:
claridad, soberanía, liderazgo, ritual, autoamor y compasión.

Hoy no hago sesiones de fotos.
Abro portales de transformación.

Acompaño a mujeres a habitar su cuerpo, su voz y su liderazgo
antes de ser vistas,
para que cuando lo sean,
nadie pueda decirles quién tienen que ser.

Trabajo con la voz como acto de soberanía.
Con la imagen como rito.
Con el cuerpo como territorio sagrado.

No preparo mujeres para agradar.
Acompaño mujeres que están listas para ocupar su lugar.

Este camino no es rápido.
No es cómodo.
No es para todas.

Es para mujeres cansadas de hablar a medias,
de suavizar su verdad,
de mostrarse pequeñas para encajar.

No te prometo visibilidad.
Te devuelvo algo mucho más poderoso:

tu soberanía.

Porque cuando una mujer recuerda quién es,
su voz pesa,
su imagen no pide permiso
y su vida se reorganiza desde su verdad.

Yo soy Mujer de la Tierra de calma inamovible. Mis cuerpos son templos y mi voluntad es reconocernos en amor. Estoy aquí para saborear la vida con cada sentido, crear paz desde lo intangible y ser canal del Gran Misterio para elevarnos juntas/os.

Mi corazón es flecha encendida de verdad, y por dentro soy viajera perpetua. Mi alma se nutre de la vastedad, y florezco donde hay espacio para la Vida, la expansión, el optimismo y lo profundo. Para ello, me sumerjo una y otra vez en las Aguas de la Transformación, pues sé que la verdad reside más allá de la superficie.

Yo soy Estrella del inframundo, necesito retirarme, pues en la quietud puedo escuchar nítidamente mi pulso y los códigos del Universo. Es en la soledad donde mi intuición afina mi brújula, valores y sabiduría ancestral.

Mi esencia, aunque sienta resistencias a algo tan grande, me guía a ser Faro del mañana. Mi impacto siempre ha sido, es y será disruptivo e innovador, justamente por mi deseo innato de volver al origen.

Soy, en esencia, la alquimia: la fuerza terrenal que materializa y la voluntad inmensa de desarmarme para descubrirme, en soberanía, en más verdad, coherencia, amor y autenticidad.

Y desde aquí ofrendo mis servicios.

Nos amo.